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En
cuanto
á
traciuC'ciones,
luce en nuestros anaqui>les el
Q1u}ote
en i11glés, francés, alemán, italiano,
ruso, portugués,
catalán, polaco, <hrnés. croato y servio. Hasta tenemos un
611·
sayo <le traducción de los primeros capítulos en latíu.
No dt->smayau nuestras gt->st.iones parn adquirir traducción
en
japoné~.
griego modemo, turco.
finlandés y holandés, que
son las únicas que hoy nos faltan.
No excede
a~
20 libras el auxilio que hemos necesitado de la
Caja ·fiscal para formar est.a curiosísima sección bibliográfica,
sien<lo la rnnyor part.e <le los volúmenes afectuoso obsequio de
nuestros amigos literarios en el extranjero. Oonsígnolo como
sincera expresión de agradecimiento.
Tampo-:o desisto, si bien nada he avanzado en este año, de
mi aspiración á que la Biblioteca de Lima posea, y exhiba con
uaeio11al orgullo, las diez ediciones que del
Evangelio en triunfo
~e
hicieron en España hasta
1837,
y la undécima que apareció
en París.
El"a inmortal producción del ilustre limeño don Pa–
blo de Olavide, es el librn americano que mayor resonancia al–
canzara en el mundo desde los albores del siglo
XIX.
Son siete
las ediciones que ya tenemos, y si no desmaya la perseverancia
creo muy posible que, en breves años má", posea el Perú las
cuatro ediciones que aún nos faltan.
Es cuanto,
señor
Director, llenando el precepto reglamen–
tario. tengo qui:) consignar en esta Me111oria, co1TP8poncliente al
vigésimo cuarto año que llevo en la Dirección de la Biblioteca
Nacional.
Lima,
31
de julfo de
1907.
;J]Jcardo §Pafma