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impone es Ja de q11e esos libros ocupen un
sa~oncito
especial, en el que
también se colocará el busto en bronce (que igualmente lega) del doc–
tor don Mariano, autorizando á sus albaceas para invertir hasta la su–
ma de ochocientos soles en
el
arreglo de un pedestal de mármol negro,
en la inscripción que este ha de llevar, y en otros pequeños porme–
nores. Más que en Europa es frecuente en Estados Unidos encontrar, en
las
Biblioten~
públicas, pequeños salones con librerías obsequiadas
por particulare<;. Nosotros mismos tuvimos, hasta la época de la inva–
sión chilena, el salón de Fuentes Pacheco ó de
los cuatro sietes,
porque
contuvo
7,777
volúmenes lc.:gados por un magistrado peruano de aquel
apellido.
La nación hizo el gasto de estantería.
De los
2,500
volúmenes utilizables en la librería Sanz, más de la
mitad reclaman nueva encuadernación, pues la polilla había producido
en las obras lamentables estragos. El muy discreto é ilustrado albacea
señor Estenós ha convenido en invertir en esta inaplazable exijencia
hasta la suma de setecientos soles.
xm.
PERSONAL DE EMPLEADOS.
Suprimida la plaza de conservador de la Galería de Pintura, soli–
cité y obtuve del Supremo Gobierno, en Marzo del presente año, que
los sesenta soles de sueldo que aquel disfrutaba se distribuyesen entre
los otros tres conservadores, en lo que, aparte de no sufrir aumento el
presupuesto de oficina, no se hacía mas que un acto de justicia, vol–
viendo á poner á los conservadores en posesión del haber de ochenta
soles que, primitivamente, disfrutaron, y que por mal entendida razón
de economía les fué rebajado á sesenta. Si todo puesto público debe
ser remunerado en armonía con el caudal de ilustración y de conoci–
mientos que su buen desempeño
reclame, es incuestionable qúe á los
conservadores de la Biblioteca, obligados á traducir siquiera mediana–
mente latín, francés, italiano é inglés, á tener nociones del griego,
y
hasta cierto punto un eclecticismo de iJ'c;trucción en ciencias
y
letras,
debe retribuírseles con más de sesenta. oles que, en determinadas ofici–
nas, es sueldo de amanuenses.
No dudo que la Representación Nacional, penetrándose de la so–
lidez de este razonamiento mío, dejará subsistente en el Presupuesto
inmediato el haber de ochenta soles mensuales para los conservadores.
El aumento de concurrentes al salón de
lectura, que para estar
bien vigilado reclama la presencia de tres empleados, y la importancia
que hoy tiene la Biblioteca, cuyas labores también han aumentado en
mucho, exigen la creación de dos plazas más de a!lxiliares con el
ha~