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articulista
á
hace1· concnrrencia
á
sus clientes, ya qne cree"'
mos que la empre. a es fácil y proiluctiva. Ha olvidado pro–
bablemente que no somos negocütntes
y
que ni aun en caso de
serlo, entra.riamos en especulaciones peijudiciales al pais
y
que con buen de1·echo rechazamos en nombr e del interés pú–
blico.
(De ''El Nacional" ele Mayo
24
de 1869. )
La dársena.
Al pretender lo .
señores Templeman, B ergman y
O~
la.
construc'cion de
la
fÜti·
ena en el Callao, h an u sado de un ile–
re ·ho espedito, p ero a.l tramiü1r
el Ejecutivo de un moclo tan
di screcional, el e ·p ecliente d el ca.Ro, parece qoe hubi era la
idea de protejer
á
aqu ellos con életrimento general.
El luminoso informe del .
0 1101·
Pa.z-Soldan
á
tal re.·pe0to,
poco deja de desear, consiilerado oficia.lmente, falta so lo rna–
nifesta.r con númel'O.
el exhorbita11t e producto qu e lo. pre–
tendientes tendria.n; el costo de <l.e. cargo, no como ello. lo ha–
cen,
consider.~ndo
lo gastos d e bote pa.r a l as muestra , pue.
apenas llega un buque hay que ir abordo
á
recibirla.s; de
guardiania., pues solo los bulto:::; que queda11 en playa, on lo.
afectos
á
esta, y como la eml-'resa d
la dársena no tien mas
objeto que descargar, de todos modo. h abrá
q '
pagar guardian
por la, ca.rga ele playa; ele compostura, pueH r cguh rrnente hay
un dos por ciento de cajone. solo que componer, por l'Otura
en tierra, saliendo los mas destrozarlo. abordo
ó
en la movili–
dad de la. aduana; de reconocimiento de avm·i a ·, porque la
dársena solo sirve para descargar y no reconocei· aYerias, y
desde luego hay que hacer esta operacion, para dar el recibo
al buque; por fin, de comision , porque el agente no va
á
reci–
bir
la carga puesta en playa
6
aduana, manifestada.,
recono–
cida. compuesta etc., como por ensalmo ,
trabajo que al ham
cerlo,
deb ser pagado. Deducimos todos estos gasto , que