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~onven1r
los cultivos
intensivos
por la llificultad de lle–
v arlos
{i.
cabo, miéntras que los
extensivos
se prefieren ,
pues que se conbinan mejor la influencia de las fuerzas
naturales con los medios de accion de que el agricultor
puede disponer. Mucho menor es la cantidad de cnpita·
l e~
que se requieren para los cultivos extensivos, de
mod-0 que se lleven
á
cabo.
El capital que se requiere para el cultivo intensivo,
muchas veces es mas del t riple del que importa la com–
pra del fundo,
y
no todos los cultivos se pueden em–
prender sin las personas especiales que los dirijan . Si ]os
istemas <le cultivos establecidos en América prneban la
exac titud de estos principios en la prá ctica, en c uanto
fi
s u aplicacion especial en el Perú, talvez puede convenir
que se arraig·uc
y
predomine
solamen ~e
en localidad de–
t erminada
y
especialmente en la sierra
y
en
h
monta ña .
Allí
falta todavía para qt•e
la mano del hombre llegue
á
convertir en ub é rrimas ca m piiías aquellas agrest e
regiones. En lo d emas del suelo que se halla entre la
cordillera
y
el litoral del Pacifico, talvez las extension es
son nominales, pues no se puede contar como terrenos
arabelessino los que están reg ados. Y siendo el agua es–
casa en el Perú,
ó
no aprovee há.ndose <le ella los agri–
c ultores como con viene, resulta q
UH
sin temor de equi–
vocarnos podriarnos asent.ai- q ne de la parte comprendida
entre el I...oa
y
el Tumbes solo un <liez por ciento se cul–
ti va,
y
lo <lemas queda abandonado.
Extendiéndose las heredades, surcando los ferroc.-irri–
les, los campos lejanos,
y
acercándolos
á
lo s centros de
las poblaciones que consuman
ó
ele las <l e! li toral que
ex~
porten, el repartimiento mas equitativo de la fortuna qu e
es consecuencia natural d e él, para que
á
medida que
aumente el valor <le
las propif'dades, su divisio n sea
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