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materia primera
á
la de elaborar, explotar esta por sí,
si no hubiere aparecido la pebrina. Asi es que podemos
decir que la época
á
que debía corresponder
es~e
cul–
tivo, se
ha
acelerado para sacar mayor utilidad. Falta
ver si al hacer esto se han tenido
ó
puesto en armonia.
los medios necesarios para conseguir el resultado
fa
vo–
rable.
CAPITULO
II.
LA INDUSTRIA DE LA SEDA EN AMÉRICA Y ES'l'ADO EN QUE SE
ENCUENTRA.
Despues de la enfermeJad de los gusanos de seda en
Europ~,.
su cultivo se ha extendi<lo considerablemente
en América, del mismo moJo que
á
causa de la guerra
de los Estr.dos Unidos de Norte América, se
h,1
exten–
dido en Europa, y en otras partes el cultivo del algodon.
Estos hechos podrían hacer creer en la exactitud del
aforismo «que no hay mal que por bien no venga», si el
resultado de la introduccion de ambos cultivos no fuese
distinto.
Conociendo el modo como se ha plantado el cultivo <le
la morera y el del gusano de seda en América,
á
mas <le
que nos convencería de que se han encontrado las
mismas dificultades que en otras partes y que son pro–
pias
á
este cultivo, nos pondrá en situacion de discernir
despues con mas acierto el mérito de preferencia <le am–
bos cultivos, en sus resultados comparativos y difinivos.
En los Estados Unidos de Norte América y California
para vencer la resistencia del carácter <le las poblacio·