Literatura, imaginación y silencio

45 la luz de siempre toda 6 . El silencio reverbera en su luz cuando se apagan los gritos del ego y su sordera, creo intuir en este poema del poeta cordobés. La hospitalidad del silencio a la inter- pelación de los otros y otras pasa en gran medida por salir del encapsulamiento autosatisfecho, el encierro en creencias basadas en verdades unilaterales. El cuerpo se vuelve una casa escuchadora cuando nos pensamos dialógicamente y en eso nos acercamos tam- bién a Bajtín, que dice que en ese diálogo tomamos parte con toda nuestra vida, con nuestros «ojos, labios, manos, alma, espíritu, el cuerpo entero, los actos» (2000). En el silencio considerado desde una dimensión dialógica, el oído deviene el cuerpo en su totalidad. Entonces los silencios pueden invitarnos a ser más sensibles a nuestros otros sentidos leyendo sentidos. O sea: no solo el oído se- ría protagonista en la recepción del continuum de voces y silencios, sino que nos abriríamos a tocar, degustar, olfa- tear, mirar lo dicho y lo callado. Eso implica intensificar la atención, enriquecer sus modos de entablar lazos con los seres y las cosas. Atender a los pliegues, las topografías 6 Schmidt, Alejandro. [Cuando por…], poema inédito.

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