Literatura, imaginación y silencio

44 paradójicamente disonantes ya que el silencio escucha- do en ocasiones pone en juego una soberanía de pensar y sentir distinto. ¿Podremos entonces suponer en quie- nes escuchamos la posibilidad de imaginar una «silen- ciografía», una escritura de silencios que disponemos en pentagramas imaginarios donde las voces y los silencios participan de claves sensibles para construir significa- dos? «Es preciso perderse para empezar a escuchar. Es pre- ciso hacer el silencio en la escucha y en la mirada para descubrir las formas del silencio». Así comienza un bello artículo que la filósofa catalana Carmen Pardo Salgado dedica al arte y pensamiento de John Cage, figura insos- layable para el tema del silencio . Intuyo que perderse, perdernos, es suspender nues- tros ruidos (¿nuestro ego?) y toda posible clausura de sentidos para volvernos permeables a las voces y silen- cios de los otros y otras. Cuando por alguna circunstancia un accidente feliz un golpe de veneno achica el ego su constante clamor, cómo se agranda el mundo cómo engrosa su espesor aparece

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