Boletín del Centro Científico del Cuzco

.. -64- •cargando no menos de 2 .000,000 de pesos anualmente en caucho. En aquella misma fecha habían en :1as riberas del Purús unos 8,000 poblado– cres: y entre ellos más de 200 propietarios de cauchales que valen desde 10 •hasta 40 mil pesos., e Por estos pocos datos sobre el río Purús, se vendrá en conocimiento ,de la importancia que puede tener para el país, el estudio de los afluentes ,del Ucayali que facilitan 'la comunicación con aquel río; y el bello porve– _«nir y gloria que refluirá sobre el Perú el día, que mediante algunos feno- 1carriles, que liguen entre sí los ríos navegables de la región trasandina, cabra al mundo una cómoda comunicación interoceaníca en la América del cSur., (Raimondi.) , CONCLUSION~ Señores! Están al alcance de todos, las consecuencias que ee deri• van de este programa y también que es deber de propia con• E1ervación poner manos en él en tiempo inmediato, ÍI.lapla•. zable. Realizarlm es hacer efectiva la soberanía nacional en una región que de hecho y de <lerecho n·ot; pertenece, las tumbas de Maldonado y de La- Torre son los hitos miliarios de esas nuestras posedones. El carácter de nuestro oueblo necesita un teatro de ac• ción que fo ponga en la senda· de sns tradiciones de prima• cía en las artes, la industria y el comerciQ, que le han qui– tado lafl evoluciones operadas en el comercio univt:irsa.l en la última mitad del siglo, que no se han sabido adaptar á las condiciones económicas é industriales del país. }]s necesario despertar el estímulo de la riqueza que es• pera al trabajo en esas regiones, para encender el estímulo de la prosperidad en las artes, el comercio, lafl ciencias y la industria; para vigorizar el carácter nacional con el bienes• tar y la seguridad de la supremacía y de la fortuna. Nues• tras añejas preocupaciones, nuestros malos há) itos y abe• rracionés sociales, perpetuadas á favor de un merlio artifi. cioso y mezquino no necesitan sino el soplo de la libertad de las selvas, del trabajo fecundo y compensador, del roce con una naturaleza inspiradora, del ensanche de uuestras mira• das y aspiraciones, para desaparecer arrastrando consigo nuestra indiferencia, nuestra forzada apatía, de la que des• pertamos ocasionalmente por el élan propio de nuestra raza la.tina, para desmayar después faltos de hambiente y mi,– dios de acción. Encerrados en nuestras casi inaccesibles cor•

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