Boletín del Centro Científico del Cuzco

-51- cna.s, que no ba~tan á todo el servicio, en el Madre de Dios, el Beni, y el Mamoré y los afluentefl. Se puede avaluar en [120. 000 bolivianos] ciento veinte mil bolivianos el valor del transporte de víveres en toda esa. hoya; el precio de flete por arroba es de 4 á 6 $, en la parte francamente navegable, llegando á adquirir precios capri• ~hosos para los que no disponen de embarcacionea y tripu• }ación propia; en la sección de las cataratas del Madera me– dio; el coronel Labre que viajaba en 1878 dice que el flete ()Ostaba en veces de 32 á 50 sh. por arroba pc,rtuguesa de 15 kilos. Como se vé la industria del transporte es sobrema– nera lucrativa, aumeutáfldose las ganancias para cada pa– trón de barco por la torna de merca~rías ú otros produc• t0s de manutención que_cada uno lleva extra en su equipo para venderlos al mejor postor con un 200 % 1le utilidad. • La colocación de víveres es para Santa Cru~ y Mojos su– ·mamente difícil. Un batelón cargado con 600 ú 81)0 @ no pue1e llegar de Santa Cruz á laA barracas antes de dos me– ses de viaje. La carga es llevada primero en carretas, trein · ta leguas de distancia, de esa ciudad á Cuatro Ojus el puer · to sobre el río Guapay; luego embarca.da en este río que abunda en rápidos, palizadas y bancos de arena que hacen frecuentes lci..naufragios. La bajada hasta Trinidad, capi• tal de la provincia de Mojos, demora 15 á. 20 días á remo. En este puerto es forzosa una parada para cambiar la tri· pulación, deseanso y abastecimientos. De aquí haAta Vi lla Bella, á través de las oinco<!lüataratas del Bajo Mamort' el viaje es de cerca de un mt>s. La subida de Villa Bella á. Rivera Alta en la boca.del MaJ.re de Dios, ealvando la cata· rata Esperanza, demora más de doce días con carga. Muy exígua es la provisión que de estos artículos pue · den hacer·á las barracas los pueblos- de Reyes y Caupolicán, dond~ se siente la misma carestía, falta de brazos y despo · blamiento que en Mojos y que ya. se deja sentir en Santa. Cruz mismo. Veremos cuánto más venta.josa és nuestra po · sición como plaza abastecedora de esas poblaciones. Haciendo el cómputo de la sección navegable en cada uno de 1& ríos en esta inmensa red fluvial, comprendie11do el Madre de Dios, el Beni y el Mamoré con sus afluentes re:i– petivos, resulta una extensión navogable de más 6.000 ki-· lémetros que liga la base oriental de los Andes del Cuzco con la parte setentrional de la sierra Aguapehes, a~1 e8tad0 bra11ilero de Matto Grosso, en las fuentes del río Paraguay y del gran Río de la Plata. Se ha hab1ado del colosal pro· yecto de reunir por medio de nn .canal la~ agua~ del Itenez con laa del Jauní aflueute d e Paraguay para l igar la~ dos· . .

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