Boletín del Centro Científico del Cuzco

- 46- . fuego alimenta con ramaje y los frutos oleaginosos de varias palmeras que producen un humo denso y caliente. Provisto de una vara en forma de remo ó espátula, moja la extremi• dad ancha de ella en la leche del balde y la hace dar vuel– tas sobre el humo. La goma se coagula inme1iatamente formando como una funda sobre el palo; sobre esta primera capa forma otra y otra basta terminar toda la leche que re• cogió; formando en los días posteriores una, gran pelota cha• ta de forma elíptica que pesa 15 ó ~O kilos. [1] En los buenos gomales y en estación propicia cada picador recoge tres ó cuatro kilos diarios de gqma seca que al fin de la semana entrega al patrón en una pelota q en varias, cuyo valor con• venciomtl pide en aguardiente, primordial necesidad, junto con el azúcar, el éafé y el guaraná de que el crucefio es tan aficionado; tf.niendo café ó guaraná no se sentirá mal aun• Que le falte lo demás. · La tarde le queda al canchero ó siringuero para solazar• ee mublle1iiente al vaivén de la hamaca entre la brisa húme• da y á veces infecta del bosque inm1dado en que trabaja ó para cazar, su distracción favorita y que 86 aviene con el ca• rácter vagabundo y en mucho holgazán oel peón y del sal• vaje. . El hogar propiamente dicho no existe allí; el hombre to• ma la primera mujer que le traen c;omo mercadería de Santa Cruzó de Mojos y toma mujeres salvajes que comparten con él las tareas solítarias de su _trabajo sin: cuidarse de otra · cosa. Las pendencias entre patrones ó~ trabajadores ~se diri• men con el rifle ó el cuchillo y el sentimiento de moralidad está casi perdido entre la gente común. La con"lición del ca;uchei·o adeudado es poco diferente .de la de esclavitud. Enganchado en Santa Cruz ó en las pro• vincias de Chiquitos y Cordillera por una suma reducida es trasferido, por no decir vendido, á los dueño.s de barracas que pagan mil ó mil doscientos bolivianos por eabeza y en oro. Este comercio de carne humana que es uno de los más lucrativos se lleva á cabo á pesar de la vijilancia y trabas de las autoridades.que son burladas por mil subterfugios. La agricultura propiamente dicha no existe allí; de tal manera que la producción local no basta á satisfacer el con• sumo y se hace un ~ra~ comercio de víveres de que Mojos y Santa Cruz sacan pmgues rentas provey,mdo hasta el arroz y el maíz. Es tanta la escasez de recursos alimenticios que (1) Marcada en la úl_tima capa con la marca de la barraca productora que e$ después un sello importante en el mercado del Pará.

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