Boletín del Centro Científico del Cuzco

- 40- El lupus llamado qquevo y liucuya en Paucnrtambo y es• pundia en Bolivia es rn~nos común en el Bajo Madre de Dios que en Ccosñipata donde ataca sobre todo, á causa de una baja m@rada en los bosques á la intemperie. La población de la cuenca del Maare de Dios es en ex• trAmo reducidajy compuesta en su mayor parte de tribus Sl\ l• vajes que pertenecen á distintas familias etnográficas, e,ien• do la población blanca y· la indígena quichua ó de otras ... tribus reducidas en cifra muy inferior. El valle de Paucartarnbo hace medio siglo poblado po,.– nume1 osas haciendas y antes hai.,.ta por poblaciones impor• tantes, fundadas i;>or los españoles á seguida de su interna• ción en esa comarca, antes llamada Havisca; está hoy ocupa• do por los sahnjes Campas ó Ma.::higangas y los Huachipai• riB que rodean completamente á los pocos trabajadores de 1~· hacienda d f Ccosñipata. Los Machiuanuas forman una numerosa tribu esparcida en las faldas de la sierra al principio de los llanos; y ocupan todo el territorio entre Al Tono y el Piñipiñi extendiéndose por el valle del Maestrom hai:,ta el valle de Laceo, al río Urubamba cuya parte alta hasta el <Jamisea ocupan, y al Apurimac y al Ene hasta el Tambo. De cost·~mbres más 86• dentarios que los otros de índole más afable por su vonstante cemunicación con las haciendas y poblaciones de los blan– cos, á que están muy pr6x.im ()s, son estos salvajes los que menoa obstáculos han opuest-:> á· la civilización. " ' El machiganga es generalmente de baja estatura, 11itmdo de notar que los del río Urubamba son más altos y robusto!!. Hay simetría en sus miembros y no son mal parecidos apesar de la. nariz chata y el ojo oblícno; el color de la piel es en ellos más claro que en las otras tribus. Tienen mirada inteli• gente y son muy dados al comercio. Apesar de su flojera ha• , bitual son buenos bogas, cultivan chacras en diversos sitio11 y moran en casas bien construidas; se ocupan tambiérrdtt tejer redes de· pescar, sacos y hamacas de algodón 6 de corte– za de árbol; fabrican adornos de plumal!I y frutas de palma, esteras, canastillos y cordeles que cambian por mercadería•, sal, aguardiente de que se muestran muy aficionados. Sus ocupaciones habituales son: la. pesca, que hacen ya con anzuelos de fierro 6 con los que ellos fabrican de chanta y hueso, ya con la raíz del cumo y del barbasco que siembran en sus chacras; la caza á que son muy dados tiene por com• plemento la domesticación de animales silvestres. No son guerreros y viven constantemente hoPtigados por las tribus vecinas. Hablan una •lengua armoniosa, llena de vocales Y con entonación agradable, casi cantada.

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